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CON - VIVENCIAS DEPORTIVAS

PRESENTACIÓN

El juego en la infancia es una actividad de suma importancia para el desarrollo afectivo, social y emocional del niño.

Es el juego lo que permite que el niño pueda: 

·         Conectarse consigo mismo e ir elaborando su mundo interno y sus aspectos nuevos y desconocidos.

·         Conectarse con los demás miembros de su mundo y a través del juego lograr una manera de “estar” en la sociedad.

·         Superar sus “traumas” y trabajar en las cosas que menos entiende de su mundo.

·         Sentir una fuente de placer y diversión. 

Todo lo antes mencionado es fundamental y hace que el niño esté conectado con su cuerpo, sus fantasías y su capacidad de crear y recrear la vida. Todo esto permite que sea un niño pleno. 

El niño juega desde que nace y lo hace en un estado mental especial, es decir que está conectado con la realidad pero a la vez con el mundo de la fantasía y de lo inconsciente, que se manifiesta a través de esta forma de expresión. Cada edad tiene su juego y es fundamental que todo niño juegue. 

Es posible que hoy en día se haya menospreciado la función del juego, lo cual puede ser muy destructivo para los niños. Esto podemos apreciarlo en la indiferencia de los adultos al juego del niño, sobreestimación a los estudios teóricos y académicos, poca participación de las familias en actividades recreativas y deterioro de las tradiciones culturales.  

Hoy en día, en muchos lugares, los niños ya no juegan, lo que hacen es relacionarse con un juego que no implica ni fantasía, ni vínculo, ni sociabilización, ni proceso de elaboración. Es decir, participan en “juegos” que no tienen ninguna de las cualidades necesarias con lo cual se ve afectada la personalidad y el buen crecimiento del niño. Es decir, nos encontramos con niños más preocupados por lo que pasa en su televisión, sus videojuegos o sus ordenadores, que por actividades más propias de su edad y que realmente les ayuden a su desarrollo físico, afectivo, social y cognitivo. Muchos de ellos, en el mejor de los casos, ocupan gran parte de su tiempo en actividades  extraescolares, como inglés, clases de refuerzo, conservatorio…, saturando estas actividades el horario de las tardes de los niños y niñas de nuestros centros.

Todos estos comportamientos, desgraciadamente cada vez más frecuentes, suponen una de las principales causas que justifican esta jornada de convivencia intercentros. A través de esta actividad, buscamos ofrecer a estos niños una serie de vivencias positivas que les den la posibilidad de reconducir su desarrollo hacia valores positivos más relacionados con el juego y los deportes. Es decir, proponemos a los niños una actividad sumergida en su propia vivencia con la actividad física y el deporte, relegando la competición pura a un segundo plano, favoreciendo una competición entendida como superación de uno mismo y no sobre los demás.

A su vez reconocemos que el ámbito escolar es el más adecuado para trabajar este tipo de conductas, ya que nos ofrece la posibilidad de poder juntar un número de niños que de otra forma sería casi imposible. Además es en este ámbito donde se incorporan, cada vez más, conductas más relacionadas con las relaciones sociales.

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